Beneficios
Nutrición, sabor y salud
Las legumbres, por sus cualidades nutricionales son un alimento altamente saludable, forman parte de la gastronomía en casi todos los países del mundo y son consideradas parte esencial de la dieta mediterránea.
Su consumo habitual, sobre todo combinadas con verduras, son el plato perfecto para mantener un control de peso.
Además de contribuir a una dieta sana y equilibrada, sus nutrientes las hace especialmente recomendadas para la alimentación de las personas a cualquier edad. Son una magnifica fuente de proteínas de origen vegetal, fibra , minerales (como el calcio, hierro, magnesio y zinc) y vitaminas (niacina y acido fólico , especialmente en garbanzos y vitamina B6 en lentejas y alubias o judías).
Además, como no contienen gluten, son aptas para celíacos. Hay que recordar que la promoción de unos buenos hábitos alimenticios (entre los que se encuentra el consumo de legumbres) ayuda a prevenir muchas enfermedades, según la Organización Mundial de la Salud.
Su alto contenido en fibra favorece el funcionamiento del organismo, aumenta la sensación de saciedad y reduce la acumulación de grasa.
Aspectos sociales
Las legumbres al ser semillas secas, se pueden almacenar durante largos períodos de tiempo sin perder su valor nutritivo, otorgando flexibilidad y una mayor disponibilidad de alimentos entre cosechas.
Pueden utilizarse para el autoconsumo o como cultivos comerciales, aportando a los agricultores ingresos adicionales y oportunidades de empleo en las zonas rurales con su procesamiento, combatiendo así la pobreza rural, especialmente en países en desarrollo.
Además, algunas legumbres (como el guandú y los guisantes de tierra) pueden cultivarse en suelos muy pobres y ambientes semiáridos donde no pueden crecer otros cultivos.
Se trata de un alimento muy barato, con muchas posibilidades de elaboración, tanto en invierno como verano, siendo un alimento clave a nivel mundial para conseguir asegurar la seguridad alimentaria.
El consumo de legumbres
En cuanto al consumo de legumbres, más del 60% se destina a consumo humano, variando entre el 75% en los países en desarrollo y el 25% de los países desarrollados. Mientras para consumo animal se destina alrededor del 25%.
La tendencia de consumo, en términos per cápita, ha sido de descenso lento pero constante tanto en los países desarrollados como en desarrollo, pasando de 7,6kg/persona/ año en 1970, a 6,1kg/persona/año en 2006. Para la FAO, estas tendencias no reflejan tan solo el cambio de los hábitos alimentarios y preferencias de los consumidores, sino también la incapacidad de la producción nacional para mantener el ritmo del crecimiento demográfico en muchos países.
El consumo de las legumbres varía en los hogares españoles en función de quien realiza la compra, siendo mayor cuanta más edad tiene el comprador y cuando no trabaja fuera de casa.
Nueva generación
PRESERVAR LA TRADICIÓN
Es importante que la gente joven, urbanita y con poco tiempo no pierda el hábito de comer legumbres dada su importancia para nuestra salud.
Enseñar a cocinar legumbres de forma sencilla y en poco tiempo es uno de los objetivos claves para que los jóvenes no pierdan esta sana costumbre de sus abuelos.