Sostenibilidad
Las legumbres destacan por una característica sobresaliente: su habilidad única para fijar biológicamente el nitrógeno. Al establecer una simbiosis con ciertos tipos de bacterias, como Rhizobium y Bradyrhizobium, estas plantas logran transformar el nitrógeno atmosférico en compuestos nitrogenados beneficiosos para el crecimiento vegetal, contribuyendo así a la mejora de la fertilidad del suelo.
+ 72/350 Kg
FIJADOS POR HECTÁREA Y AÑO
Según estimaciones de la FAO, se calcula que las leguminosas tienen la capacidad de fijar entre 72 y 350 kg de nitrógeno por hectárea y año.
Un cultivo sostenible
Las leguminosas generan importantes beneficios al terreno en el que se cultivan, jugando un papel muy importante en la sostenibilidad.
Las legumbres forman parte de los cultivos de rotación destinados a mantener la fertilidad del suelo y, por tanto, a mejorar su calidad, ya que su cultivo contribuye a aumentar la materia orgánica, la biomasa y la actividad microbiana (por ej. bacterias, hongos) en el suelo.
También mejoran la estructura del terreno y la capacidad de retención de agua, ayudando a la vez a reducir la erosión eólica e hídrica. Todos estos factores ayudan a mejorar el rendimiento del terreno y contener la amenaza para la seguridad alimentaria que supone la degradación del suelo.
Cambio climático
Las legumbres desempeñan un papel crucial en la mitigación del cambio climático al emplear variedades mejoradas, aumentar la fijación de carbono y reducir el uso de fertilizantes sintéticos, lo que conlleva una menor emisión de gases de efecto invernadero.
Diversidad Genética
Las especies de legumbres tienen una amplia diversidad genética de la que se pueden seleccionar o desarrollar variedades mejoradas. Esto es especialmente importante para la adaptación al cambio climático debido a que, de esta amplia diversidad, pueden obtenerse más variedades resistentes al clima.
Los científicos del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) trabajan actualmente en el desarrollo de legumbres que deberían ser capaces de crecer a temperaturas superiores a las habituales del cultivo. Dado que los expertos del clima sugieren que el estrés por calor será la mayor amenaza para la producción de algunas legumbres en las próximas décadas.
La fabricación de estos fertilizantes sintéticos conlleva un consumo intensivo de energía y emite gases de efecto invernadero a la atmósfera, por lo tanto su uso excesivo es perjudicial para el medio ambiente.
Por último, las legumbres se destacan por su capacidad superior de acumular carbono en el suelo en comparación con otros cultivos, lo que contribuye significativamente a la mitigación del cambio climático.