Aspectos sociales

Las legumbres al ser semillas secas, se pueden almacenar durante largos períodos de tiempo sin perder su valor nutritivo, otorgando flexibilidad y una mayor disponibilidad de alimentos entre cosechas.

Pueden utilizarse para el autoconsumo o como cultivos comerciales, aportando a los agricultores ingresos adicionales (generalmente alcanzan precios 2 ó 3 veces superiores al del cereal) y oportunidades de empleo en las zonas rurales con su procesamiento, combatiendo así la pobreza rural, especialmente en países en desarrollo.

Además, algunas legumbres (como el guandú y los guisantes de tierra) pueden cultivarse en suelos muy pobres y ambientes semiáridos donde no pueden crecer otros cultivos.

Se trata de un alimento muy barato, con muchas posibilidades de elaboración, tanto en invierno como verano, siendo un alimento clave a nivel mundial para conseguir asegurar la seguridad alimentaria.

PROMOCIONAR EL CONSUMO DE LEGUMBRES

En cuanto al consumo, más del 60% se destina a consumo humano, variando entre el 75% en los países en desarrollo y el 25% de los países desarrollados. Mientras para consumo animal se destina alrededor del 25%.

La tendencia de consumo, en términos per cápita, ha sido de descenso lento pero constante tanto en los países desarrollados como en desarrollo, pasando de 7,6kg/persona/ año en 1970, a 6,1kg/persona/año en 2006. Para la FAO, estas tendencias no reflejan tan solo el cambio de los hábitos alimentarios y preferencias de los consumidores, sino también la incapacidad de la producción nacional para mantener el ritmo del crecimiento demográfico en muchos países.

En España, se consume casi 10 kg menos por persona y año que hace 50 años. Hemos pasado de consumir 13 kg/persona/año en 1960 a 7,4 kg/persona/año en 1990 y 3,2 kg en 2012. Esto supone comer apenas 1,5 raciones a la semana frente a las 3 y 4 recomendadas.

Señalar también que el consumo varía en los hogares españoles en función de quien realiza la compra, siendo mayor cuanta más edad tiene el comprador y cuando no trabaja fuera de casa.

En este sentido, el Año Internacional de las Legumbres (AIL 2016) es fundamental para promocionar su consumo y cambiar esta tendencia de las últimas décadas. Es importante que la gente joven, urbanita y con poco tiempo no pierda el hábito de comer legumbres dada su importancia para nuestra salud. Enseñar a cocinar legumbres de forma sencilla y en poco tiempo es uno de los objetivos claves para que los jóvenes no pierdan esta sana costumbre de sus abuelos.

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