Las legumbres tienen una huella muy reducida de desperdicio alimentario

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La FAO y el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI) han lanzado la Plataforma Técnica del G20 sobre la medición y reducción de pérdidas y desperdicio de los alimentos, con la que pretenden aumentar la concienciación y compartir las mejores prácticas para la medición y reducción del desperdicio y la pérdida de alimentos a nivel mundial.

La contribución de las legumbres al desperdicio total de alimentos es baja en todas las regiones, haciendo de ellas una fuente ecológica de nutrientes clave. También son altamente eficientes en el uso del agua, especialmente en comparación con otras fuentes de proteína.

Además requieren un procesamiento mínimo y sin refrigeración, lo que limita el consumo de recursos naturales en las etapas finales de la cadena de suministro alimentaria. Debido a su larga conservación, las legumbres se pueden almacenar durante muchos meses y años sin estropearse ni perder valor nutricional. Esto puede reducir la probabilidad de desperdicio alimentario por parte de los consumidores debido al deterioro, y hace de las legumbres en una opción inteligente para los hogares que padecen inseguridad alimentaria.

Sin embargo, la producción de legumbres es menor en la actualidad que la de otros productos básicos, como los cereales, raíces
feculentas y hortalizas. Uno de los objetivos del Año Internacional de las Legumbres es concienciar sobre los beneficios de las legumbres y alentar a una mayor producción y consumo de estos cultivos, pero ello debería hacerse de forma simultánea a los esfuerzos para evitar cualquier pérdida y desperdicio en la producción de legumbres. Debido a la magnitud y complejidad del problema, la FAO reconoce la necesidad de actuar en asociación con otros organismos internacionales y regionales, y con los actores de la cadena alimentaria, que van desde los pastores, agricultores y pescadores a las empresas multinacionales. La Plataforma Técnica sobre medición y reducción de pérdidas y desperdicio de alimentos ayudará a los interesados a comunicar las mejores prácticas para ayudar a eliminar el desperdicio de alimentos y construir un sistema alimentario más sostenible.

800 millones de personas sufren hambre crónica

Más de un tercio de los alimentos producidos en la actualidad se pierde (en las etapas de producción, post-cosecha o procesamiento) o se desperdicia (desuso de alimentos comestibles a nivel minorista y de consumo), y sin embargo, cerca de 800 millones de personas sufren hambre crónica. Para alimentar a la población mundial prevista para 2050, se calcula que la producción mundial de alimentos debe aumentar en un 60 por ciento. La reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos será fundamental para la consecución de este objetivo y para mejorar la seguridad alimentaria.

El despilfarro de alimentos tiene también impactos ambientales negativos debido al agua, tierra, energía y otros recursos naturales utilizados para producir alimentos que nadie consume. Este uso indebido de los recursos naturales tiene repercusiones sobre la mitigación del hambre y la pobreza, la nutrición, la generación de ingresos y el crecimiento económico. Los costes financieros del desperdicio de alimentos ascienden a alrededor de 1 billón de USD anuales.

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