8 de Marzo. Empresas que miran por el agricultor y por el bienestar de los empleados

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El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, una buena ocasión para tomar nota de cómo ha evolucionado la sociedad española y del papel que han tenido en ese proceso compañías como las nuestras. Empresas familiares vinculadas estrechamente al medio rural, que siempre han supuesto una fuente de empleo femenino y que llevan décadas abiertas a los cambios sociales, con la conciliación de las vidas personal y profesional en primer término.

Hombres y mujeres compaginan bien trabajo y familia en Productos Grueso, en Ontígola (Toledo), que nació hace seis décadas en la localidad de Noblejas. A principios de los años 90 se mudó a su ubicación actual por estar mejor situada con vistas al mercado madrileño.

La fundó el abuelo de Fátima Grueso, actual directora, hace cerca de 60 años. Pasados los años el padre de Fátima se sumó a la compañía y, a partir de ahí, lo hicieron sus tíos más jóvenes. Ella representa la tercera generación de una empresa familiar en la que trabajan trece personas y donde la labor de dirección y gestión recae en mujeres.

Fátima Grueso
Fátima Grueso, de Productos Grueso.

Un eslabón clave de la cadena

La directora defiende la labor de los legumbristas, “que aportan un valor muy importante al producto”. No se trata solo de comprar y vender, sino que también está la labor de limpieza y selección, además del envasado y el transporte.

La suya es una posición delicada, al estar en un tramo intermedio de la cadena. “Nos gustaría pagar más al agricultor, pero la competencia es muy grande en el otro extremo del proceso, lo que reduce mucho los márgenes”, lamenta Fátima. Además, “hay que tener en cuenta que el consumidor no está dispuesto a pagar más por tratarse de un producto español”.

Mejorar las condiciones de vida

Esa labor nunca se ha visto condicionada por ser mujer, como tampoco lo fue cuando esta ingeniera de Obras Públicas trabajaba como jefa de obra. “Otra cosa bien distinta es que determinadas actividades dentro de nuestro sector estén copadas por hombres”, apunta.

Lo que Fátima sí ha ido consiguiendo desde que está al frente de la compañía es mejorar las condiciones para que todos puedan conciliar su vida personal y profesional. Las instalaciones de Productos Grueso bajan la persiana a las cinco de la tarde para que todos, ellos y ellas, puedan atender a sus familias.

Las bajas por paternidad o maternidad de los empleados se afrontan con una planificación adecuada, y en el día a día hay flexibilidad para que todos puedan cumplir con sus funciones pero no desatender otras tareas. “Lo hacemos así porque somos una empresa pequeña, en la que se organiza bien el trabajo”, recalca Fátima.

Marta Caballero, de Legumbres Caballero
Marta Caballero, de Legumbres Caballero.

Sacar adelante la empresa y la familia

Desde Villarrobledo (Albacete) sale al mercado el producto de Legumbres Caballero.

Marta Caballero es la responsable de Calidad y Seguridad Alimentaria de la compañía. Representa la tercera generación de una empresa fundada por sus abuelos, Custodia Martínez y Antonio Caballero. Ambos se desvivieron por poner en marcha el negocio y hacerlo rentable aunque ella, además, se encargaba de la casa y de los cinco niños.

“Afortunadamente la sociedad ha cambiado mucho y hoy las responsabilidades se comparten”, subraya Marta. “También se comparte el disfrute de los hijos”, recalca.

Esa es la filosofía con la que se mueve esta compañía en la que trabajan 30 personas, y en la que se respetan los horarios y la conciliación de todos los empleados. No importa si son hombres o mujeres, o cuál es su posición en una empresa que selecciona y envasa la legumbre, pero también multiplica y comercializa semilla de cereal, entre otros insumos de la actividad agraria.

Un ejemplo está en el trabajo de la propia Marta, que comparte las responsabilidades familiares con su pareja y que celebra contar con el apoyo de la familia para la crianza de su hijo. Además, se felicita por haber seguido viviendo en Villarrobledo, una población mediana en la que no se viven los agobios de compaginar familia y trabajo igual que en la gran ciudad.

“Falta apoyo institucional”

Marta Caballero se felicita por la mejora en las cifras de consumo de legumbres en España, aunque se trata de un incremento muy ligero. “No se percibe el mismo apoyo a la legumbre por parte de las administraciones que en otro tipo de producto”, lamenta, “a pesar de que estamos hablando de unos alimentos muy saludables, ricos en proteína y sin gluten”.

En su opinión, estamos ante productos “versátiles y aptos para todo tipo de dieta”, sin perder de vista que los cultivos de los que proceden “son beneficiosos para el medio ambiente”, por ejemplo en el combate contra las malas hierbas y en la fijación de carbono en el suelo.

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